Para el subsecretario de educación superior de la Secretaría de Educación Pública, Rodolfo Tuirán, habrá problema a partir de estos días en que se den a conocer los resultados del examen CENEVAL que se aplicó para el ingreso a las universidades públicas: miles se quedarán sin la oportunidad de estudiar nuevamente, y es probable que algunos grupos aprovechen para llevar a cabo algunas manifestaciones y protestas solicitando que haya espacio para todos.
En ese sentido, suponemos que de los muchos miles de jóvenes aspirantes, algunos –también, muchos miles- no obtendrán el pase por aprovechamiento, lo que nos lleva a pensar muchas cosas, que seguramente no serán compartidas por algunos ya estudiantes y otros rechazados en el sentido de que la universidad no es para todo el mundo, ya que se requiere de técnicos y otras personas que ejerzan oficios en cualquier sitio del mundo.
Cierto que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos garantiza el derecho a la educación, pero es cierto también que muchos ciudadanos no tienen el perfil deseable para convertirse en profesionistas de nivel licenciatura; para ello, hay otras opciones que se deben considerar.
Entendemos la frustración que ocurre en varios muchachos que no son aceptados, sin embargo, habrá que analizar detenidamente el por qué no han sido admitidos, y no solamente criticar o exigir lugares a quienes no tienen aptitudes suficientes para hacer frente a esta demanda educativa.
Tuirán vislumbra el problema y asegura que no se ha creado una universidad del tipo de la UNAM en el país, lo que ocasiona que haya muchos rechazados, aunque tenemos la idea de que quienes tienen calidad suficiente no tendrán problemas para ser admitidos en cualquiera de las universidades públicas.
El examen CENEVAL es un buen filtro, y no debemos verlo como el que se coarte el derecho a la educación, sino como la oportunidad para algunos de ejercer –aprendiendo antes, claro está- un oficio de los muchos que requiere la sociedad.
Plomeros, carpinteros, electricistas, técnicos en refrigeración, obreros para la industria maquiladora y otros requieren de mano de obra, y no se concibe que todos podamos aspirar a un nivel de licenciatura, porque, según expertos, lo anterior encarecería los muchos servicios que puede otorgarnos, por ejemplo, el que va a arreglar la lavadora o el que nos va a reparar una chapa descompuesta o un soldador, por citar algunos ejemplos.
Tan importante es en una sociedad el tener licenciados en diversas disciplinas, maestros y doctores como técnicos en las que se abre una posibilidad de empleo y crecimiento profesional.
Seguramente, algunos saldrán a la calle a protestar y dirán que es elitista la educación pública, que viola los preceptos constitucionales, pero insistimos en que cada quien debe estar en el lugar que puede ejercer con eficiencia, sea egresado de una universidad o de una escuela técnica. Así de claro.
En la entidad, Tamaulipas, se han abierto centros de capacitación para esta gente que no ha aprobado su examen de ingreso a la universidad, y es justo mencionar que hay calidad en los mencionados sitios de capacitación: los CECATIs e inclusive los CBTIS ofrecen una oportunidad de desarrollo.
No estamos de acuerdo en que se pretenda que todo joven vaya a la universidad: somos de la idea de que deben asistir los que tienen el perfil y aptitudes necesarias. No todos las tenemos. Hay quien nació para ser investigador, de esos que mucha gente califica como ratón de biblioteca, aunque habemos algunos que no tenemos la aptitud de leer y comprender lo que leemos, por lo que seguramente no estaremos en un Sistema Nacional de Investigadores o algo parecido. Son cosas distintas.
No pensemos que el Estado está limitando o coartando un derecho que por ley nos corresponde, sino pensemos que hay otro tipo de oferta para capacitarse y hacer frente a las necesidades materiales de cada familia.
http://www.enlineadirecta.info/nota.php?art_ID=185602&titulo=Entre_Nos_Carlos_Santamar_a_Ochoa__*Universidad_%C2%BFpara_todos_.html
En ese sentido, suponemos que de los muchos miles de jóvenes aspirantes, algunos –también, muchos miles- no obtendrán el pase por aprovechamiento, lo que nos lleva a pensar muchas cosas, que seguramente no serán compartidas por algunos ya estudiantes y otros rechazados en el sentido de que la universidad no es para todo el mundo, ya que se requiere de técnicos y otras personas que ejerzan oficios en cualquier sitio del mundo.
Cierto que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos garantiza el derecho a la educación, pero es cierto también que muchos ciudadanos no tienen el perfil deseable para convertirse en profesionistas de nivel licenciatura; para ello, hay otras opciones que se deben considerar.
Entendemos la frustración que ocurre en varios muchachos que no son aceptados, sin embargo, habrá que analizar detenidamente el por qué no han sido admitidos, y no solamente criticar o exigir lugares a quienes no tienen aptitudes suficientes para hacer frente a esta demanda educativa.
Tuirán vislumbra el problema y asegura que no se ha creado una universidad del tipo de la UNAM en el país, lo que ocasiona que haya muchos rechazados, aunque tenemos la idea de que quienes tienen calidad suficiente no tendrán problemas para ser admitidos en cualquiera de las universidades públicas.
El examen CENEVAL es un buen filtro, y no debemos verlo como el que se coarte el derecho a la educación, sino como la oportunidad para algunos de ejercer –aprendiendo antes, claro está- un oficio de los muchos que requiere la sociedad.
Plomeros, carpinteros, electricistas, técnicos en refrigeración, obreros para la industria maquiladora y otros requieren de mano de obra, y no se concibe que todos podamos aspirar a un nivel de licenciatura, porque, según expertos, lo anterior encarecería los muchos servicios que puede otorgarnos, por ejemplo, el que va a arreglar la lavadora o el que nos va a reparar una chapa descompuesta o un soldador, por citar algunos ejemplos.
Tan importante es en una sociedad el tener licenciados en diversas disciplinas, maestros y doctores como técnicos en las que se abre una posibilidad de empleo y crecimiento profesional.
Seguramente, algunos saldrán a la calle a protestar y dirán que es elitista la educación pública, que viola los preceptos constitucionales, pero insistimos en que cada quien debe estar en el lugar que puede ejercer con eficiencia, sea egresado de una universidad o de una escuela técnica. Así de claro.
En la entidad, Tamaulipas, se han abierto centros de capacitación para esta gente que no ha aprobado su examen de ingreso a la universidad, y es justo mencionar que hay calidad en los mencionados sitios de capacitación: los CECATIs e inclusive los CBTIS ofrecen una oportunidad de desarrollo.
No estamos de acuerdo en que se pretenda que todo joven vaya a la universidad: somos de la idea de que deben asistir los que tienen el perfil y aptitudes necesarias. No todos las tenemos. Hay quien nació para ser investigador, de esos que mucha gente califica como ratón de biblioteca, aunque habemos algunos que no tenemos la aptitud de leer y comprender lo que leemos, por lo que seguramente no estaremos en un Sistema Nacional de Investigadores o algo parecido. Son cosas distintas.
No pensemos que el Estado está limitando o coartando un derecho que por ley nos corresponde, sino pensemos que hay otro tipo de oferta para capacitarse y hacer frente a las necesidades materiales de cada familia.
http://www.enlineadirecta.info/nota.php?art_ID=185602&titulo=Entre_Nos_Carlos_Santamar_a_Ochoa__*Universidad_%C2%BFpara_todos_.html
